Entre murga y comparsa, alegría y buen rollo
aterricé en lo que jamás pensé que sería una de las mejores semanas de mi vida,
en lo que a diversión se refiere, los carnavales de Badajoz, o como dirían las gentes de su zona,
“Badahó”.
¿Os gustaría pasar un fin de semana rodeados de
confeti, serpentina y disfrazados?
No os lo penséis porque aún estáis a tiempo de
visitar Badajoz en carnavales, rodearos de su gente, reíros como si no hubiese
mañana, puede ser la mayor desinhibición de vuestras vidas, lo dice un servidor
que pudo sentir todo lo que os cuento.
Para los amigos que todavía no se hayan enterado
de lo que se está cociendo por aquí... ¿Qué son los carnavales de Badajoz? ¿Qué
es una murga?
Los Carnavales en Badajoz se abren con la Fiesta de las Candelas, que
se celebra el primer sábado después del día 2 de febrero. Ese día al llegar la
noche se queman unas enormes hogueras y tras tomar hornazos y vino de la tierra
las comparsas tocan su instrumentos de percusión en un concurso conocido como “La Tamborada”. A partir de
esta fecha comienza el Concurso de Murgas con las preliminares, semifinales y
la final que se celebra el Viernes de Carnaval.
Las murgas son cánticos satíricos, en el
carnaval de Badajoz, las murgas están
compuestas como mínimo por 10 personas y como máximo por 15, más cinco
figurantes. Unas semanas antes de carnaval, las murgas compiten en el Teatro López de Ayala para ver quien tiene la crítica más ácida de la sociedad y divierte más
al público que suele llenar el teatro. Se valora la música, la letra, los
trajes y la puesta en escena. Cuentan además algunas murgas con numerosos
seguidores. Tanto es así que se producen largas colas para conseguir las
entradas del certamen.
Al que le gusten los chistes, el humor irónico, amará las murgas ya que
son como diría un buen amigo “chistes cantados”.
En los tiempos que corren, desconectar con buen humor es una elección
muy sabia, así que no lo penséis más y poner rumbo a esta maravillosa ciudad y
veréis como tengo razón.
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